sábado, 2 de octubre de 2010

Jorge Zalamea

Nació en Bogotá, 8 de mayo de 1905 - 10 de mayo de 1969) fue un poeta, ensayista y político colombiano.




Desde 1946 es el traductor oficial para el castellano de la obra de Saint-John Perse (Elogios, México 1946; Lluvias, Nieves, Exilio, Milán 1946; Anábasis, Bogotá 1946; Vientos, Bogotá 1960; Antología Poética, Buenos Aires 1960; Mares, Caracas 1961; Crónica, Bogotá 1967; Pájaros, México 1968).





Su obra, sin duda, es lo más reciente: los gigantescos poemas El Gran Burundún-Burundá ha muerto y El sueño de las Escalinatas (Bogotá 1964 ). Se trata, posiblemente, de los trabajos poéticos más esforzados y bien logrados que se han hecho en las letras colombianas, por la altura de la inspiración y la magnitud de su relación, en poesía versicular, en la modalidad que ha denominado el autor como «poesía de aire libre» , es decir, para ser declamada fundamentalmente, y delante de grandes multitudes.





El acabado de ambos poemas, además, es impecable. El Gran Burundún fue publicado en 1952, y traducido posteriormente al francés (Francis de Miomadre), al griego (Spyros Skiadaressis, con prólogo de Kazantzakis), al alemán (Erich Arendt), al checo, al inglés, al húngaro, al holandés y al ruso. De la versión alemana se han agotado ya cuatro ediciones. El sueño de las Escalinatas ha corrido una suerte similar.



Escritor prolífico, ha tratado los más diversos géneros: ensayo, teatro, poesía; su lenguaje claro, rico, seleccionado, puede parecer a veces recargado y ampuloso; sin embargo, la maestría del escritor impide que sus largos periodos decaigan o pierdan la elevación artística, el esplendor barroco de su obra. Su temática, intencionalmente social, se reitera a través del extenso curso de su obra con motivos políticos, críticos y estéticos. En 1965 ganó el Premio Casa de las Américas por su obra Poesía ignorada y olvidada y en 1968 se le concedió el premio Lenin de la Paz.

Poema Narcisiana de Jorge Zalamea

Ésta era otra casa.La de los muchos patios:el patio de las ceremonias y los grandes;el patio de los huéspedes bienvenidos;el patio de los niños;el patio de las criadas;el patio de los lavaderos y los bebederos;el patio de las caballerizas;el patio de las aves de corto vuelo;el patio de las legumbres suculentas.Y ahora estaba solo,solo en la casa de los muchos patios,solo el muchacho.
Comenzó a recorrer el feudo ceremonial.

Espejos en el cuarto del piano,Espejos en el salón de las reverencias, las hipocresías y las palabras vanas,Espejos en el comedor artesonado,crujiente de porcelanas y cristales,llameante de cobres y de azogues de plata;Espejos en la alcoba de la madre,Espejos en la alcoba de la hermana mayor, la muy mimada…
Espejos, espejosen laberinto de traidoras aguas.

Las aguas agrietadas de lunas venecianas,como rostros de ancianas;las aguas cristiazules de Alemania;las aguas de Holanda, vermerianas;las aguas nacaradas de Francia;las implacables aguas de España.

¡Nadar,nadaren esas aguas!
Con candidez de liriose desnudó el muchacho:enhiesto como un grito,limpio como una espada,enjuto como un eje,blanco como una hostiade amor sacrificada…Se miraba,se multiplicaba,se sumergía,giraba,danzabauna danza horizontalen la altamar de los espejos.

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